jueves, 31 de julio de 2008

Mega-represa Corpus: un Atentado a la Vida


Los Consorcios o Empresas hablan solamente de conseguir, aumentar y asegurar energía para el progreso de las comunidades locales y/o regionales, pero no hablan de los desastres ambientales o ecológicos con la lógica destrucción de la biodiversidad.

En un falso concepto de desarrollo y crecimiento sustentable las transnacionales (profetas del neoliberalismo) no cesan en sus perversas intensiones de seguir construyendo "inmensas represas hidroeléctricas" en cualquier lugar del planeta. Muy en particular en aquellos países del tercer mundo en el que consiguieron, por la diplomacia o la fuerza, imponer gobiernos, y grupos políticos y dirigenciales funcionales. En el corazón del MERCOSUR pretenden implantar una nueva represa: la represa de Corpus. Desoyendo el clamor de la inmensa mayoría de los misioneros.

Cuando los Consorcios o Empresas constructoras hablan de "represas" mienten al decir verdades a medias. Hablan solamente de conseguir, aumentar y asegurar energía para el progreso de las comunidades locales y/o regionales, no hablan de los desastres ambientales o ecológicos con la lógica destrucción de la biodiversidad (original y genuina fuente de la energía necesaria para el desarrollo sustentable de la humanidad).

No existe la menor duda en cuanto a la necesidad de ciertas clases y cantidades de energía para el desarrollo de la ciencia, de la técnica y del confort humano pero, la perversidad radica en el concepto de calidad y amplitud de progreso que sostienen y profesan y que es la de obtener energía con la máxima rentabilidad al menor costo posible, sin importar las consecuencias.

Los pueblos nativos, los campesinos, algunos sindicatos, los movimientos ecologistas, algunas Iglesias, y muy distintos sectores de la sociedad luchan denodadamente todos los días a favor de un progreso y un desarrollo justo, equitativo, sostenible y armónico dentro de una relación con la naturaleza que la preserve para las generaciones venideras.

La Comunidad Misionera ya plebiscitó su veredicto

En Misiones, Argentina, en la consulta popular obligatoria y vinculante llevada a cabo en abril de 1996, la población rechazó abrumadoramente la construcción de la hidroeléctrica de Corpus. La mayoría de los partidos políticos locales lucharon con el pueblo para defender a la provincia del avasallamiento del federalismo que se proclamaba desde la Nación.

En la actual gestión de gobierno provincial (casi los mismos gobernantes que en 1996), existe un rotundo y contrario cambio, desde el discurso y las acciones, dando la espalda a la voluntad popular manifestada en aquella convocatoria obligatoria vinculante.

Tanto los partidos políticos tradicionales, como el recién nacido Frente Renovador (fuerza gobernante en Misiones, escisión del Partido Justicialista) y funcionarios de dudosa ubicación ideológica demuestran un total desconocimiento de asuntos ecológicos.

Esta preocupante realidad atenta peligrosamente contra la integridad territorial, ecológica, económica, social y cultural de la región, abonada por la actitud no comprometida de muchos dirigentes que guardan intereses mezquinos, silencio e indiferencia.

La realidad hoy, vaya uno a saber por qué motivos, ha cambiado desde los discursos y las acciones tanto de los partidos como de la mayoría de los representantes, que desobedecen y desconocen la voluntad popular, argumentando las tres patas de esta mesa sin tablero que se llama mentira. La cuarta pata la hacen muchos de los que nos representan, con su silencio, indiferencia, desconocimiento e intereses mezquinos.
Es de suma importancia analizar los criterios que sostiene Raúl Bregagnolo de la Red de Asociaciones Ecologistas de Misiones al denunciar las cuatro mentiras sobre las que se apoya el argumento neoliberal oficialista.

Cuando hasta el disfraz miente

Tomando en cuenta las apreciaciones, muy fundamentadas, que el representante de los ecologistas misioneros nos diera, agrupamos las mentiras sobre Corpus en cuatro mentiras fundamentales. A saber:

Primera mentira: energía barata.
La Energía es necesaria para las actividades humanas pero no debemos confundir desarrollo regional con el desarrollo del Brasil, que ya tiene la demanda energética equivalente a "un Corpus por año" aunque sigue exigiendo la urgente construcción de todas las posibles generadoras de electricidad para saciar su hambre de "crecimiento".
En realidad de los dueños de industrias, porque en Brasil sigue creciendo el número de habitantes con las necesidades básicas insatisfechas. Es muy claro que la energía que producirá Corpus estará destinada al mercado brasileño, debido a que no hay otro demandante en la región capaz de absorber semejante cantidad de energía. De no ser así el capital privado que construiría la misma no arriesgaría la inversión porque no habría donde ubicarla, ya que todos, menos Brasil, tienen cubierta su demanda energética, y por muchos años.

Por otro lado la energía generada sería en 60 ciclos y Argentina trabaja en 50. Hacer la transformación tiene costos elevados que el capital privado no estaría dispuesto a pagar. En consecuencia, lo de "energía barata" resulta una verdadera mentira. Más, si pretenden el "desarrollo industrial" proclamado desde los sectores interesados, teniendo en cuenta que Misiones no es industrial, ni podrá serlo jamás, salvo que se sigan sacrificando los recursos naturales y humanos como está sucediendo con las industrias foresto - papeleras, que están destruyendo aceleradamente( con la complicidad oficial) para transformar la provincia en un desierto verde de pinos. Misiones no puede tener industrias contaminantes, su topografía y recursos naturales no le permiten. Asumamos de una vez que esta provincia es pródiga y tiene todo, para que con adecuadas políticas se pueda vivir de la actividad turística no contaminante (evitando ese turismo depredador que hoy se a lanzado sobre ella). Hay países que ya lo están haciendo, nuestra provincia debe dar el primer paso.
Segunda mentira: regalías.

Se sabe por un cálculo que relaciona la energía facturada con el tiempo, que estas estarían en el orden de U$S 34 millones/año para Misiones. Esto si Paraguay no reclama lo suyo, y además se estarían percibiendo recién cuando la represa esté funcionando a pleno. Esta cifra, que será oscilante (el valor mencionado sería el máximo a percibir) aportaría a la provincia aproximadamente u$s 2,8 millones/mes. Monedas, si se reparten para los 75 municipios, ya que la provincia es de todos no solo de Corpus y San Ignacio. Monedas si comparamos con el presupuesto que la provincia destino a salud de casi U$S 6 millones/mes, así como los aproximados U$S 30 millones/mes de coparticipación que le tocan desde la nación.

Por otro lado qué garantías tiene Misiones de cobrar esas "monedas de Judas" y que no vayan a la nación, y si se perciben, que sean destinadas a la población y no a otros oscuros destinos. Con todo esto, se justifica sacrificar los recursos turísticos que quedarían inundados, que en la actualidad más allá de generar esparcimiento, recreación, satisfacciones a los visitantes, son generadores de mano de obra y recursos económicos de por vida. Sin considerar los problemas de salud que se generarían con la presencia de la represa, que pasarían a ser un gasto extra.

Tercer y gran mentira: mano de obra.
"Se dijo que en el pico de la obra estarían trabajando 7000 operarios. El promedio durante toda la construcción sería de 500 personas. Pero se debe pensar que a Paraguay también le corresponde parte de la mano de obra, entonces no se debe crear la ilusión de que los puestos de trabajos serían todos para los misioneros. La mano de obra especializada, sin dudas la trae el Consorcio constructor (Ingenieros, Técnicos, Arquitectos, Directores de Obra), así como también los chóferes de grúas, camiones Terex, topadoras, otras maquinarias a utilizarse y que también requieren de mano de obra especializada. Más allá de crear la expectativa respecto a los puestos de trabajo a mucha gente, hay que saber que la mano de obra que se ocuparía sería para trabajos pesados, con mayor riesgo e insalubres", nos comentaba Bregagnolo.

Además, está muy claro que esta obra se haría solamente con el aporte de capital privado (ya que el Estado no tiene crédito), por ello cuando se habla de mano de obra cae de maduro que ésta, por más o menos puestos de trabajo que genere, sería por breve tiempo, ya que el concesionario terminará lo antes posible la obra para comenzar a generar energía y recuperar la inversión. "Se adelantaría en un año y medio la obra de acuerdo al tipo de equipamiento que se utilice..." han dicho ingenieros de la Comip, esto también implica que la mano de obra será cortoplacista. Luego, el Estado deberá resolver los problemas generados por la desocupación, que sin dudas recae en los sectores más carenciados de la sociedad. Clara demostración de ineficiencia en las políticas laborales de la provincia y la nación.

Cuarta Mentira, o la mentira de los políticos.
Está constituida por la falta de seriedad en los argumentos de los intendentes, concejales, diputados, gobernantes e instituciones que apoyan la posible construcción, y que no se hacen responsables frente al pueblo misionero y de la región, de las consecuencias que traería aparejada la represa de Corpus si fuera construida.

"Un detalle que se debe tener en cuenta y es fundamental - proponía ver el ecologista de Aristóbulo del Valle - es que ningún capital privado haría una inversión tan grande en una obra que es rechazada por la población de la región donde estaría insertada. Clara demostración del peso popular, fue la obligación de descartar el emplazamiento en Itacuá (y en todo el Río Paraná). Y el abandono del Canal Federal por "inviabilidad" por parte de los gobiernos de las provincias. ¿Acaso se tendrán que hacer tres plebiscitos para descartar las tres posibilidades? No se puede ser tan irrespetuoso del pueblo al que se debe servir. Así como están las cosas, en este país todo es posible. Insistirán con Corpus y Las Pavas, con el repositorio nuclear en Gastre, con la Aeroisla, las forestaciones con pino, pero siempre quedará la duda del tiempo que se ha perdido sin pensar en estrategias a largo plazo que permitan el anhelado "desarrollo sustentable", donde la gente pueda tener trabajo, salud suficiente y garantías de un bienestar en armonía con los recursos naturales".

"Misiones apuesta a uno de los únicos NO más positivos que existen en nuestra realidad -afirmaba Bregagnolo - y si de algo estoy seguro es que si el pueblo dice NO a la hidroeléctrica de Corpus, aunque la pretendan construir, no será posible hacerlo. Es necesario mantener viva la memoria."

El pueblo misionero ya manifestó en 1996, por medio de un plebiscito vinculante, su rotundo rechazo a la construcción de la mega-represa. Sin embargo, el Estado argentino en una actitud ilegal manifiesta, y contrariando la voluntad popular, se empecina en proseguir con el mega proyecto. Ignorar la voluntad del pueblo que se manifestó en un 88 % a favor de la no construcción de la represa es una violación a los principios básicos de la democracia. Esto refleja la actitud y tendencia del Estado argentino de mantener las operaciones de la mega-represa en secreto, para así evitar la oposición por parte de la población.

La mega-represa tendría un enorme impacto ambiental; se formaría un gran embalse continuo al de Yacyretá, perdiendo definitivamente el Alto Paraná su característica de río, agravándose aún más la merma de peces como el dorado, surubíes y otros de irremplazable valor para el trabajo y la economía de todo el litoral argentino.

Los impactos ambientales de la mega-represa Corpus Christi violarán derechos humanos de las comunidades afectadas, incluyendo decenas de familias indígenas tales como la comunidad Mbyá-Guaraní, que habita en una de las zonas que sería inundada por la mega-represa. Bregagnolo manifestó, enfáticamente: "El derecho a la vida, entre otros, será amenazado por la propagación de enfermedades hídricas tales como la esquistosomiasis y la malaria. No olvidemos que se encontraron caracoles infectados con esquistosomiasis en la represa de Itaipú, en Brasil, a 17 kilómetros de Puerto Iguazú; con Corpus construida, se estará favoreciendo el ingreso de esta enfermedad a la Argentina".

La vuelta al intento de construir Corpus en Misiones, por parte de grandes empresas transnacionales, el Gobierno provincial y algunos de los partidos políticos que en 1996 se oponían terminantemente y hoy "viraron el poncho", es un atentado a la vida en el corazón del Mercosur.

Atentado que aún podemos impedir.

La Represa de Corpus No Se Debe Construir


Porque transformará al río Paraná en un gigantesco embalse de agua quietas y contaminadas desde San Ignacio hasta las Cataratas.

Porque este embalse, se sumará sin interrupciones a los de las represas de Yacyretá, Itaipú, Ilha Grande, Puerto Primavera y Jupiá, creando un inédito, a nivel mundial, super-embalse de 3000 km de largo, desde Ituzaingó (Corrientes) hasta las propias nacientes del Río Paraná.

Porque las consecuencias de tamaña transformación de la naturaleza, son imposibles de evaluar por la ciencia, ya que constituye una verdadera catástrofe. Y las catástrofes, según el eminente ecólogo catalán Ramón Margaleff, no se pueden evaluar.

Porque las aguas de éste lago artificial deberán crecer mas de veinte metros- el equivalente a un edificio de siete pisos-, en su parte mas profunda, inundando miles y miles de hectáreas de productivas tierras.

Porque en Montecarlo, por ejemplo, las aguas cubrirán el club de Pesca para siempre.

Porque todos los arroyos que desembocan en el Paraná en la zona del embalse (Piray, Ita-.Curuzú, Paranay, Caraguatay, entre otros) se desbordarán, formando sub- embalses, alcanzando un ancho de centenares de metros ( 650, por ejemplo, el arroyo de Corpus).

Porque al perder el río su natural capacidad de depuración, el embalse se contaminará en forma irreversible con agrotóxicos, residuos industriales, cloacales y aguas servidas.

Porque significará la desaparición de un importante hábitat de fauna silvestre y la consiguiente desaparición de la misma.

Porque provocará la desaparición de miles de hectáreas de monte nativo.

Porque la transformación del río en un embalse provocará la desaparición de los pocos peces que aún hoy sobreviven pese a la barrera de Yacyretá.

Porque implica alterar los microclimas de nuestra región (régimen de lluvias, humedad, temperatura, etc.), con consecuencias no evaluadas en la salud y en el bienestar de los habitantes y en las actividades agropecuarias.

Porque al desaparecer el río y con la selva ya casi inexistente, Misiones perderá su identidad cultural, histórica y geográfica.

Porque se perderá también, la enorme potencialidad turística que ofrece el río con la simplificación del paisaje que implica un embalse y la desaparición de innumerables lugares tradicionales como la Isla Caraguatay, la Cueva del Yaguareté, la Gruta India, los Saltos de Tabay, entre los mas significativos.

Porque se perderán valiosas obras de infraestructura tales como la Ruta 12, sus puentes, caminos vecinales, los puertos y numerosas edificaciones.

Porque ciudades como Montecarlo, por ejemplo, se transformarán en islas al desbordar arroyos como el Paranay y el Piray, que la aislarán de sus vecinas El Alcázar, Puerto Rico, Piray y Eldorado, y para llegar a ellas, habrá que recorrer distancias mucho mas grandes que las actuales, ya que la Ruta 12 desaparecerá en su traza actual.

Porque significará la desaparición definitiva, directa o indirecta de miles de puestos de trabajos, hoy existentes.

Porque implica la desaparición de tradicionales modos de vida y subsistencia.

Porque traerá aparejado el desplazamiento directo o indirecto, mediato o inmediato de miles y miles de familias misioneras, muchas de las cuales deberán abandonar dignos modos de vivir y subsistir para ir a integrar los cordones de marginalidad de grandes ciudades.

Porque la contaminación y las aguas quietas, poco profundas en los bordes del embalse, en un clima subtropical, favorecerán la aparición y desarrollo de enfermedades y vectores (mosquitos, jejenes, caracoles) de enfermedades tales como la equistosomiasis, el paludismo, la fiebre amarilla, entre otras.

Porque significará la desaparición de sitios arqueológicos muchos de ellos desconocidos aún, provocando un daño irreparable al conocimiento de nuestro pasado y contribuyendo así a la desintegración cultural, necesaria en la estrategia de dominación de los pueblos por el poder económico global.

Porque su construcción ofrece sólo transitorios puestos de trabajo, la mayor parte changas, y absorbidos por trabajadores de otras regiones.

Porque éstas mega-represas por sí mismas no traen beneficios a las poblaciones de los lugares en que se construyen, tal como lo demuestra la ciudad de Concordia (Entre Ríos) y la región del Comahue (Neuquen y Río Negro).

Porque éstas obras se planifican con el único objetivo de producir electricidad barata para un modelo económico que concentra la riqueza en pocas manos y genera millones de excluídos del trabajo, de la salud, de la educación y de la vida digna.

Porque las regalías ?prometidas?, como gran y único beneficio directo de la obra para Misiones, 40 millones de dólares anuales, es una cifra despreciable ante el daño que se hace a la provincia, ya que sólo alcanza para pagar un mes y medio los haberes de la administración pública provincial, o el sueldo de un año de los empleados de la empresa de energía de Misiones (EMSA).

Porque la electricidad producida por una represa es barata, porque no se computan como costos de producción las pérdidas de ecosistemas, de tierras cultivables y de un río como el Alto Paraná misionero, en éste caso.

Porque, increíblemente, se ha decidido y proyectado su construcción sin estudios de impacto ambiental ninguno, pese a los 30 años de antigüedad del proyecto.

Porque la ausencia de estudios de impacto ambiental, pese a las décadas transcurridas, evidencia el desprecio absoluto por la población afectada por la obra.

Porque se planifica para atender exclusivamente el consumo energético brasileño y no para beneficio ni de Argentina y menos de nuestra región.

Porque la modalidad de ?concesión de obra?, adoptada en éste caso, implica que la represa y el río, serán propiedad de una empresa, indudablemente extranjera con la consiguiente y condenable pérdida de soberanía.

Porque la electricidad que produciría Corpus sería absorbida por el aumento del consumo energético argentino, en dos o tres años, proporcionando éste dato al sólo efecto de dimensionar el pobre aporte y la falsa solución que implica una obra de éste tipo que, como contrapartida, produce daños irreparables a la sociedad y a la naturaleza.

Porque existen alternativas no destructivas ni contaminantes para producir electricidad, tales como la tecnología eólica, la solar, el hidrógeno, técnicamente desarrolladas y que si no se usan, es por incapacidad, estupidez, ignorancia, pereza intelectual o corrupción de nuestros funcionarios y técnicos.

Porque actualmente se derrocha energía y existen formas de ahorrarla a través de programas de eficiencia en su producción, transmisión, distribución y utilización. Estamos hablando de eficiencia energética, materia pendiente en nuestra clase dirigente, acostumbrada a recurrir a lo mas fácil ... y redituable.

Porque los programas de eficiencia energética y de utilización de energía solar, eólica y del hidrógeno, producen muchísimos mas puestos de trabajo permanente, que una represa, que, una vez construida se maneja con un puñado de personas.

Porque no se han evaluado económicamente los bienes naturales, culturales y económicos que se perderán, como modernas metodologías lo permiten hacer y como de hecho, ya se hizo en la provincia de Entre Ríos, lo que resta seriedad a cualquier estudio de impacto ambiental que se realice sin contar con ese inventario valorizado.

Porque existen otras formas de diálogo con la naturaleza, como el propiciado por la Red de Agricultura Orgánica de Misiones (RAOM), la Red de Asociaciones Ecologistas de Misiones (RAE) y otras organizaciones, donde una hectárea alcanza para la vida digna de una familia... y sin arrasar el monte.

Porque pretender vender al extranjero y para beneficio del extranjero, el patrimonio natural, revela la actitud facilista en la búsqueda de soluciones y la pequeñez de gobernantes, incapaces de ofrecer alternativas válidas de desarrollo a su pueblo.

Porque promover ésta obra, existiendo un Plebiscito Vinculante que la rechazó, ?cualquiera sea su lugar de emplazamiento sobre el río Paraná?, realizado hace sólo cinco años, es ilegal.

Porque propiciar un nuevo plebiscito existiendo uno anterior es una perversa y grosera violación a la esencia de la Democracia: el respeto a la voluntad popular expresado en comicios legales.

Porque la Constitución Nacional le otorga a Misiones la propiedad del río y el gobierno nacional no tiene ningún derecho a promover la obra como lo viene haciendo.

Porque repugna al sentido común que el gobierno de una provincia con su capital destruida por una represa (Yacyretá), que aún no alcanzó su nivel máximo de inundación y de destrucción (falta aumentar en siete metros el nivel actual del embalse) y que produjo ya una legión de desplazados sin compensación, pretenda construir otra.

Porque el artículo 41 de la Constitución Nacional, prohiben obras como Corpus, que atentan contra el derecho a un ambiente sano, que destruyen la biodiversidad y que comprometen las posibilidades de desarrollarse de las generaciones futuras.

Por todo esto:

Exhortamos al pueblo de la provincia que registre en forma imborrable en su memoria los nombres de los políticos que impulsan ésta obra legalmente repudiada y no los voten nunca mas.

Exhortamos a los misioneros a registrar en su memoria en forma imborrable los nombres de los políticos que ayer festejaron el No del Plebiscito y hoy dicen Si o Ni a Corpus y los recuerden como ejemplo de lo que debe desaparecer para siempre de la vida política argentina: los políticos que se mueven por intereses y no por convicciones.

Exhortamos a los políticos auténticos, a que se pongan decidida y abiertamente del lado del pueblo al que pertenecen, que los eligió y mantiene y no del lado del poder económico, que sólo promete mas miseria en el largo plazo.

Decirle NO A CORPUS es Decir:

Si a la Vida

Si al Pueblo Paraguayo

Si a la Ley

Si a la Democracia

miércoles, 30 de julio de 2008

Falsas soluciones para en Cambio Climático

En los últimos años, la industria ha intentado proponer en muchas ocasiones falsas soluciones al cambio climático generado por la quema de combustibles fósiles. Greenpeace se opone al uso e implementación de estas falsas soluciones que pasan la responsabilidad de combatir el cambio climático a las futuras generaciones y quitan recursos para la evolución de las verdaderas soluciones: el ahorro de energía, la eficiencia energética y las fuentes renovables.
Entre las falsas soluciones destacan la energía nuclear (fusión y fisión), la captura y secuestro de carbono (CCS) y los sumideros de carbono.

>
Cambio climático – La energía nuclear no es la respuesta


>Captura y Secuestro de Carbono (CCS), una inyección arriesgada


>Captura y Almacenamiento de Carbono, mitos y verdades

Eficiencia y ahorro es la respuesta del cambio climatico

Por cada kilovatio-hora de electricidad que ahorremos, evitaremos la emisión de aproximadamente un kilogramo de CO2 en la central térmica donde se quema carbón o petróleo para producir esa electricidad.
Una mayor eficiencia energética de la tecnología, así como los hábitos responsables, hacen posible un menor consumo de energía.

Existen numerosos ejemplos. Más del 10% de la energía se utiliza en iluminación. Si se utilizaran bombillas de bajo consumo se podría reducir el consumo energético en el mundo entre un 5 y un 8%. Algo tan pequeño como una bombilla puede tener un gran impacto.

Cambiar de hábitos o sustituir los aparatos por otros menos despilfarradores nos ahorra dinero y emisiones a la atmósfera.

Energías renovables: Alternativas Eficientes

Las tecnologías de menor coste en el horizonte del 2050 serán las renovables. Prácticamente la totalidad de ellas al alcanzar su periodo de madurez industrial, podrán proporcionar electricidad a un coste inferior, y en muchos caso muy inferior, al proyectado para nuclear y térmica de ciclo combinado.

>Fotovoltaica en edificios
>Fotovoltaica con seguimiento
>Termosolar
>Chimenea solar
>Eólica marina
>Eólica terrestre
>Biomasa
>Minihidráulica
>Olas
>Geotérmica

Emisiones de CO2 por sector


Las emisiones totales en dióxido de carbono (CO2) equivalente en España en 2005 han supuesto 440.64 millones de toneladas!Un 52.2% más que en 1900, más de tres veces lo permitido por el Protocolo de Kioto para 2008-2012. Entre 1990 y 2005, en España se han repartido de la siguiente forma las emisiones entre los diferentes sectores:
Sector energético. Es el mayor responsable del conjunto de las emisiones, pues en 2005 representó el 78,4% del total, con un aumento del 61,5% respecto a 1990. La generación de electricidad representa el 30,5% y el transporte por carretera el 28%. El resto corresponde a las 10 refinerías de petróleo (4%), consumos energéticos de la industria (22%), transporte aéreo interior (1,8%, que no incluye el transporte aéreo con otros países), usos residenciales (6%, sobre todo calefacción y agua caliente sanitaria) y servicios (2,8%).
Los procesos industriales distintos a la combustión, como la producción de cemento, industria química y metalúrgica, representaron en 2005 el 7,65%, con un aumento del 30,3% respecto al año base de 1990, inferior a la media.
Los disolventes y otros productos sólo representan el 0,35% del total, y han aumentado en un 9,1% respecto al año base.
La agricultura y la ganadería representan el 11% del total de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) equivalente, con un aumento del 20% respecto al año base, muy inferior al de los otros
sectores emisores.
Los residuos representan el 2,9% del total de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) equivalente, con un aumento del 64% respecto al año base. Las emisiones de metano son las más importantes.

Dióxido de carbono es el mayor problema


El cambio climático va unido a un modelo energético dependiente del petróleo, el carbón y el gas. La quema de estos combustibles fósiles libera grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, el gas de efecto invernadero más abundante. Las concentraciones atmosféricas de CO2 a nivel mundial se han incrementado un 35% por encima de los niveles pre-industriales. De hecho, las concentraciones actuales de CO2 no han sido superadas en los últimos 420.000 años y, probablemente, tampoco en los últimos 20 millones de años.
Alrededor de las tres cuartas partes de las emisiones de CO2 antropogénicas que se han producido en los últimos 20 años en el mundo se deben a la quema de combustibles fósiles. El resto se debe fundamentalmente a los cambios en el uso del suelo y, especialmente, a la deforestación.

Actualmente, los océanos y los suelos están absorbiendo en conjunto aproximadamente la mitad de las emisiones antropogénicas de CO2. A pesar de esto, las concentraciones de CO2 en la atmósfera siguen aumentando en torno a un 0,4 % anual.

España es el país más afectado por el cambio climático de toda Europa y no obstante es el más alejado del mundo de sus objetivos de Kioto, con un aumento del 48% de las emisiones de CO2 con respecto a los niveles de 1990, triplicando las emisiones permitidas por el Protocolo de Kioto para 2008-2012.

Greenpeace advierte de la urgencia de reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero en las próximas décadas para prevenir un cambio climático muy peligroso. A nivel mundial, necesitamos redicir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050, respecto a los niveles de 1990.

Los combustibles fósiles
La principal causa del cambio climático según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático es la quema de combustibles fósiles cuyo mayor contribuyente, en España, es el sector energético.

El 80% de nuestra energía depende todavía de los combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural). La demanda de energía en España actualmente muestra un aumento medio anual de un 3-4%. Se trata de un aumento injustificado, ya que en nuestro país se consume un 50% de energía más que en el resto de Europa para producir un mismo producto.

La unión Europea importa energía, es decir, combustibles fósiles y nucleares porque es incapaz de cubrir sus necesidades por sí misma. Según la Comisión Europea, la Unión Europea podría verse forzada en los próximos 20 o 30 años a importar el 70% de su energía total y hasta el 90% de su petróleo si no se toman nuevas medidas.

El uso de combustibles fósiles incrementa la dependencia de las importaciones de petróleo y destruye el clima. La única manera de evitarlo es gestionar la demanda de energía, aumentar la eficiencia energética y el uso de energías renovables.

Mitigación - Cuarto Informe de Evaluación sobre cambio climático del IPCC


Pon los Pies en la Tierra y Greenpeace pide actuaciones urgentes y decididas contra el cambio climático. Estamos demostrando que la solución renovable es factible, y podemos eliminar progresivamente además energías peligrosas y dañinas tales como la nuclear y el carbón, sin necesidad de usar falsas soluciones como la captura y almacenamiento de carbono (CCS). Ya no hay excusas para no poner en marcha la revolución renovable que la sociedad necesita.
Desde el 30 de abril al 4 de mayo de 2007, el Tercer Grupo de Trabajo del IPCC se reunió en Bangkok para consensuar su informe, 'Mitigación del Cambio Climático' - el tercero de la serie que conformará el Cuarto Informe de Evaluación de 2007.

Las decisiones que se tomen hoy sobre el futuro del suministro energético determinarán el grado de caos climático al que se enfrentará el Planeta, por ello Pon los Pies en la Tierra y Greenpeace pide al Gobierno una “Revolución Renovable”como respuesta a las catastróficas amenazas anunciadas reiteradamente por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático.

Mientras el documento 'Mitigación del Cambio Climático' del IPCC valora toda la información reciente relativa a las opciones disponibles para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, Greenpeace ya ha publicado un escenario energético - [R]evolución energética - que demuestra que las emisiones de CO2 mundiales podrían ser reducidas en un 50% para 2050 utilizando las tecnologías limpias existentes y aplicádolas de manera eficiente, y en España ha presentado también un informe “Renovables 100%, Un sistema eléctrico renovable para la España peninsular y su viabilidad económica”, que demuestra que es viable plantearse un sistema de generación basado al 100% en energías renovables, tanto para cubrir la demanda eléctrica como la demanda de energía total, a unos costes totales perfectamente asumibles y muy favorables respecto a los que podemos esperar en 2050 si seguimos con el actual modelo de energías sucias.

Pon los Pies en la Tierra y Greenpeace no apoya falsas soluciones contra el cambio climático como la energía nuclear, la captura y almacenamiento de carbono (CCS) y los sumideros de carbono.

Impactos - Cuarto Informe de Evaluación del IPCC


Hay una injusticia fundamental en el origen y las consecuencias del cambio climático. Los primeros y los peores impactos del cambio climático los están sufriendo los más pobres de los países en vías de desarrollo. La sequía en África sub-Sahariana, las inundaciones en China e India, y los eventos meteorológicos extremos además de otros desastres naturales. En las últimas dos décadas, el número de afectados se ha multiplicado por tres, siendo en su mayoría personas que viven en países en vías de desarrollo, por lo que son muy vulnerables y tienen menos recursos para enfrentarse a ellos.
Sin embargo la responsabilidad del problema, incluidas las mentiras en algunos casos, es principalmente de los países ricos de la OCDE y se incrementa cada vez más con la rápida industrialización de los países.

El segundo de los cuatro informes principales sobre cambio climático procedentes del IPCC en 2007, documenta los efectos que debido al aumento de las temperaturas ya se están produciendo en los distintos ecosistemas y actividades humanas y valora los cambios proyectados por el cambio climático producido por el hombre.

Sus conlusiones son alarmantes. El cambio climático afecta ya a millones de personas, ecosistemas y especies en todas las regiones del mundo. Sin embargo, a no ser que actuemos ahora inmediatamente reduciendo las emisiones, es probable que el cambio climático provoque mayores impactos y más severos tales como la extinción masiva de las especies; la escasez de agua, que afectará a miles de millones de personas; aumentará la sequí­a; subirá el nivel del mar; habrá más huracanes y tormentas, se producirán más inundaciones, más hambre y miseria por la disminución de la producción de alimentos en las paí­ses más pobres del mundo

Ciencia - Cuarto Informe de Evaluación sobre cambio climático del IPCC


En febrero de 2007 el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) comunicó el primero de la serie de informes que constituirán el Cuarto Informe de Evaluación (AR4). "El cambio climático 2007: Los fundamentos de la ciencia física", valora el conocimiento científico actual de los origenes naturales y humanos del cambio climático, los cambios observados en el clima, la aptitud de la ciencia para atribuir los cambios a causas diferentes, y a las proyecciones para el cambio futuro del clima.


Este informe expresa con un mayor grado de confianza que las evaluaciones anteriores que la mayor parte del calentamiento observado durante el medio siglo pasado es causado por actividades humanas (con un 90% de certeza) y concluye, que debido a las observacioes de los aumentos en las temperaturas medias globales del aire y del océano, el derretimiento de la nieve y el hielo, y el aumento de la elevación del nivel del mar, el calentamiento del sistema climático es inequívoco.

Entre los impactos observados que se detallan en el informe:
1.Once de los últimos doce años figuran en la docena más caliente registrada.
2.La subida global del nivel del mar se ha acelerado.
3.Los glaciares de montaña y la superficie cubierta de nieve han disminuido por término medio en ambos hemisferios.
4.Se han observado sequías más intensas y más largas en áreas más extensas desde los años setenta, especialmente en las zonas tropicales y subtropicales.

El cambio climático proyectado para finales del siglo XXI depende de las emisiones futuras y el IPCC utilizó seis escenarios definidos de emisiones para sus proyecciones. El informe concluye que si no reducimos las emisiones, habrá dos veces tanto calentamiento en las próximas dos décadas como si hubiéramos estabilizado el calor atrapado por los gases según los niveles de 2000.

Entre las proyecciones incluidas en el informe:

1. El intervalo completo del aumento proyectado de la temperatura es 1,1 a 6,4ºC.
2. La mejor estimación, que refleja el punto central de los escenarios más bajos y más altos de emisiones, es 1,8 a 4,0ºC.
3. Es probable que los ciclones tropicales en el futuro (los tifones y los huracánes) llegen a ser más intensos, con velocidades pico de viento más altas y precipitación más intensa asociada a con el calentamiento de los mares tropicales.
4. Hay una probabilidad mayor del 90% que el calor sea más extremo, las olas de calor más largas, y los precipitaciones más intensas serán acontcimientos mas frecuentes.

Consenso científico del Panel Integubernamental (IPCC)

Actualmente, existe un fuerte consenso científico sobre que el clima global se está viendo alterado significativamente como resultado del aumento de concentraciones de "gases de efecto invernadero".
Desde 1990 el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) ha publicado tres Informes de Evaluación, en los que ha constatado el aumento del riesgo de la situación. En 2007 los científicos de Naciones Unidas han presentado su Cuarto Informe de Evaluación Cambio climático 2007, donde afirman que la mayor parte del calentamiento observado durante la segunda mitad del siglo pasado ha sido causado por actividades humanas y concluyen que el calentamiento del sistema climático es real e inequívoco. El Cuarto Informe expone nuevos números y mayores avances en las investigaciones pero el escenario es el mismo: a mayor calentamiento mayor es el riesgo. ¡Actuemos ya!

Otros gases del Efecto Invernadero

Las emisiones de gases de efecto invernadero con ciclo de vida largo como: CO2, N2O, CFC, HCFC, HFC, PFC y SF6, tienen un efecto duradero en la composición atmosférica. Es decir, varios siglos después de producirse las emisiones, alrededor de una cuarta parte o más de estas emisiones seguirán presentes en la atmósfera. Y una vez se hayan estabilizado las concentraciones de estos gases de efecto invernadero, las temperaturas medias globales seguirán incrementándose, aunque sólo unas décimas de grado por siglo, en lugar de los varios grados por siglo previstos sin estabilización.
La subida del nivel del mar por expansión térmica seguirá también produciéndose hasta mucho tiempo después de reducirse las emisiones de los de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Esto es debido al largo tiempo que tardan los procesos oceánicos profundos en ajustarse al cambio climático.

Metano (CH4)
A nivel mundial, su concentración atmosférica se ha incrementado un 151% desde los niveles pre-industriales y sigue subiendo. Al igual que el CO2, las concentraciones actuales de metano no han sido superadas durante los últimos 420.000 años. Aproximadamente, algo más de la mitad de las emisiones de metano que se producen hoy se deben a las actividades humanas como la ganadería y los residuos sólidos urbanos.

Óxido nitroso (N2O)
Su concentración, a nivel mundial, se ha incrementado un 17% desde la época pre-industrial y continúa en ascenso. La concentración actual es la más elevada del último milenio. Una tercera parte de las emisiones de este gas también son debidas a las actividades humanas.

Gases carbonados como los CFCs y HCFCs
Son a la vez destructores de la capa de ozono y causantes del efecto invernadero. Sus concentraciones están incrementándose más lentamente, incluso en algunos casos, decreciendo, como consecuencia de los acuerdos de Montreal de 1998. Sin embargo, los gases que se emplean para sustituirlos (hidrofluorocarbonos HFC, perfluorocarbonos PFC y hexacloruro de azufre SF6) están incrementando sus concentraciones y son potentes gases de efecto invernadero.

Ozono troposférico (O3)
Es el ozono que se encuentra cerca de la superficie terrestre. Su concentración, en el mundo, se ha incrementado en un 36% desde los niveles pre-industriales, debido a las emisiones antropogénicas de diversos gases nitrogenados, que reaccionan y forman ozono.

El enorme drama del calentamiento global



James Hansen, una de las personas más influyentes del mundo, experto en clima de la NASA y director del Instituto Goddar de estudios espaciales, afirma abiertamente en su último estudio, que se oculta la verdadera gravedad del calentamiento global.


Además insiste en que el mayor obstáculo a salvar para no dejar que el Plantea caiga en la extinción total, no es la tecnología sino la política.

Hace ya más de 20 años que las emisiones de CO2 a la atmósfera llegaron a un nivel muy crítico ya que el noventa por ciento del consumo de energía mundial se extrae de recursos fósiles. Para Hansen esto es sin duda un negocio enorme y sus intereses han infiltrado al Gobierno y al Congreso de los EEUU, hasta tal punto en el que se han alistado nuevos políticos, cuya única función es decir, a viva voz, que la gravedad del problema no es para tanto.

Hansen opina que ni aunque nos marcáramos las metas más exigentes, para luchar contra el cambio climático, nuestras acciones no serían suficientes. El objetivo que se marcó en su momento por la Unión Europea para la reducción de emisiones de efecto invernadero, 550 partes por millón, es absolutamente inútil, pues haría falta que la cifra se rebajara hasta 350 partes por millón para poder empezar a hablar de salvación.

Si seguimos así la temperatura de la Tierra ascenderá 6 grados y nos los 3 grados que están previstos, en caso de llegar a esa temperatura nos quedaremos sin hielo y el nivel del mar subirá 75 metros, un autentico desastre mundial.

Los cálculos ridículos en los que hoy nos movemos son producto de una economía política basada en las necesidades de las grandes potencias y son ellas precisamente las que, de adoptar medidas más drásticas, podrían salvar el Planeta.

Desde el año pasado Hansen publicó un artículo con el titulo “Remenber this: 350 parts per million” (Recuerda esto: 350 partes por millón) en el que explicaba que el límite de emisiones de CO2 “seguras” para el Planeta era sólo de 350 partes por millón. Hansen y ocho científicos más, explican en el reciente estudio, que las emisiones generadas por el consumo de combustibles fósiles y las que se utilizan en silvicultura y el suelo, deberían de ser erradicas en su totalidad. Consideran que la labor es ardua pero no imposible, curiosamente Hansen compara la labor con el mágnifico esfuerzo de recuperación que se realizó tras la Segunda Guerra Mundial.
Textualmente se recoge en el resumen del informe: “Si la humanidad quiere preservar un planeta similar a aquel en que la civilización se desarrolló, las evidencias paleoclimáticas y el cambio climático en curso sugieren que el CO2 debe ser reducido de los actuales 385 ppm a un máximo de 350 ppm”
En las conclusiones se afirma: “Continuar con el crecimiento de la emisiones solo otra década, prácticamente elimina la posibilidad del retorno, a corto plazo, a la composición de la atmósfera sin sobrepasar los limites de efectos catastróficos”
Las evidencias de las que hace alarde el estudio realizado por Hansen, tienen su origen en la paleoclimatología, ciencia que estudia la evolución del clima en el Planeta y la relación que tiene con los gases de efecto invernadero.

domingo, 27 de julio de 2008

Cumbre del G8: Cambio climático y crisis alimentaria, mas de lo mismo


El ritual de la cumbre del G8, celebrada de 7 al 9 de julio en Hokkaido (Japón), ha dejado pocas novedades. Frente a la situación de hambruna y de avance del calentamiento global, los líderes de las principales potencias se han limitado a promover las mismas políticas que han conducido a la situación de crisis.

El ritual de la cumbre del G8, celebrada de 7 al 9 de julio en Hokkaido (Japón), ha dejado pocas novedades. Frente a la situación de hambruna y de avance del calentamiento global, los líderes de las principales potencias se han limitado a promover las mismas políticas que han conducido a la situación de crisis.

La agenda de la cumbre venía marcada por tres temas de primer orden: economía mundial (aumento de los precios del petróleo y de los alimentos), cambio climático y desarrollo en África, principalmente. El tema de la deuda, una cuestión clave en pasadas ediciones ha quedado relegada al anonimato pese a seguir siendo una de las principales causas de empobrecimiento de los países del Sur. Las crisis económica, energética, alimentaria y ambiental han marcado la agenda en Japón.

Crisis alimentaria

A lo largo del 2008, hemos visto sucesivas revueltas en los países del Sur porque la gente no tenía acceso a los alimentos. El aumento exponencial del precio de estos, los ha convertido en inaccesibles para amplias capas de la población en África, América Latina y Asia que no tienen suficientes recursos para comprarlos, a pesar de que en la actualidad se produce más comida que nunca antes en la historia. El resultado: se calcula que hoy unos 950 millones de personas en todo el mundo pasan hambre.

Frente a esta situación, los líderes del G8 han instado a una mayor liberalización del comercio y han reprendido a aquellos países que están priorizando el consumo autóctono y reduciendo las exportaciones. Vietnam, India, Argentina, Filipinas, Costa de Marfil, Tanzania... han prohibido la exportación de arroz, trigo u otros alimentos para poder así atender las necesidades alimenticias de sus pueblos. De hecho, las medidas que promueven los líderes mundiales son, precisamente, las mismas que nos han conducido a la situación de hambruna: apertura indiscriminada de los mercados, intensificación y sobre producción agrícola destinada a la exportación, subvenciones a la industria agroalimentaria, etc.

Calentamiento global

En relación al cambio climático, se ha firmado un nuevo acuerdo en el que los miembros del G8 se comprometen a trabajar para reducir a la mitad sus emisiones de CO2 (el principal causante del calentamiento global) para el año 2050. Pero, ¿nuestro planeta puede esperar hasta esta fecha? Y, ¿qué credibilidad nos merece este comunicado cuando no se ha precisado el año base para el cálculo de las reducciones y ni siquiera Estados Unidos ha suscrito el protocolo de Kyoto? No podemos olvidar que la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de estos países.

Para acabar con el cambio climático, el G8 ha puesto al Banco Mundial al frente de esta empresa otorgándole un papel preeminente en la financiación e inversión en tecnologías y desarrollo “limpio”. Como afirmaban desde Amigos de la Tierra, parece ser que “el zorro cuidará del gallinero”. El Banco Mundial es uno de los principales acreedores de las industrias de combustibles fósiles, financiando extracción petrolera, de carbón, gas... con un fuerte impacto ambiental y social en los países del Sur. Además, las principales compañías beneficiarias de estas inversiones tienen su sede central en los países del G8.

Palabras vacías y soluciones reales

Como viene siendo habitual en estas cumbres, en Hokkaido, los líderes de los países más ricos del mundo se han limitado a pronunciar declaraciones de buenas intenciones vacías de contenido y a realizar gestos de impacto mediático. Los compromisos reales parecieran no tener cabida en una cumbre donde priman los eslóganes y las fotografías de familia. Ya en el año 1999, en Colonia, el G8 se comprometió a anular el 90% de la deuda bilateral y multilateral de los 42 países más endeudados del planeta. Pero las cifras reales, setenta mil millones de dólares, equivalían tan solo a un 3% de la deuda total de los países del Sur. Sin ir más lejos, en la cumbre de Gleneagles, en el 2005, los jefes de estado aseguraron aumentar la ayuda para África hasta 50 mil millones de dólares para el 2010. Según informes recientes, se calcula que esta cifra difícilmente se va alcanzar. Podríamos poner otros ejemplos, porque el ritual se repite año tras año. Las declaraciones bienintencionadas acaban siempre en papel mojado.

Los movimientos sociales que han salido a la calle en motivo de la cumbre, como Jubileo Sur, el Comité por la Abolición de la Deuda Externa, Vía Campesina... lo han dejado bien claro al afirmar que la solución pasa porque se prohíba la especulación en los precios de los alimentos, se respeten los esfuerzos de los países del Sur por revertir las políticas que han conducido a la situación de crisis, se deje de financiar proyectos que contribuyen al cambio climático y se cancelen, de una vez por todas, las deudas ilegítimas.

Los gobiernos del G8 tienen en su mano la posibilidad del cambio, por algo se encuentran al frente de las principales potencias políticas, económicas y militares a escala global. Pero, como decíamos anteriormente, se encuentran faltados de voluntad política. Evidentemente, quien sale ganando nunca renunciará a la gallina de los huevos de oro.

¿Quiere bajar la producción de su campo? ¡Use cultivos transgénicos!


El argumento de las autoridades, haciéndose eco de las empresas, es justamente que los transgénicos son necesarios ­–pese a los múltiples impactos culturales, ambientales y a la salud que conllevan– porque aumentarían la producción agrícola. Un argumento que frente a la crisis alimentaria han recogido muchos otros gobiernos e instituciones. Sin embargo, esta afirmación es falsa.

Monsanto declaró a la prensa de México en días pasados, que la próxima publicación del llamado “Régimen Especial de Protección del Maíz”, ­le permitirá iniciar experimentos con maíz transgénico. Qué ironía histórica que tal régimen, en lugar de proteger al maíz y sus pueblos, es otro regalo que le hace el gobierno a las transnacionales que han privatizado las semillas, llave de toda la red alimentaria y patrimonio campesino legado a la humanidad. Para colmo: ¡producen menos!

El argumento de las autoridades, haciéndose eco de las empresas, es justamente que los transgénicos son necesarios ­–pese a los múltiples impactos culturales, ambientales y a la salud que conllevan– porque aumentarían la producción agrícola. Un argumento que frente a la crisis alimentaria han recogido muchos otros gobiernos e instituciones. Sin embargo, esta afirmación es falsa.

En abril del 2008, la Universidad de Kansas publicó un estudio que demuestra, tras analizar la producción del cinturón cerealero de Estados Unidos durante los últimos tres años, que la productividad de los cultivos transgénicos (soya, maíz, algodón y canola) fue menor que en la época anterior a la introducción de transgénicos. La soya muestra una disminución de rendimiento de hasta 10%. La productividad del maíz transgénico fue en varios años menor y en algunos igual o imperceptiblemente mayor, dando un resultado total negativo comparado con las variedades convencionales. También muestran menor rendimiento la canola y el algodón transgénico tomados en períodos de varios años. (Y en todos los casos, las semillas son más caras que las convencionales, por lo que el margen ganancia de los agricultores también es menor)

Este estudio corrobora varios anteriores. En 2007, la Universidad de Nebraska encontró que la soya transgénica de Monsanto producía 6 % menos que la misma variedad de la empresa en versión no transgénica y hasta 11 por ciento menos que la mejor variedad disponible de soya no transgénica. Otros estudios, incluso uno del Departamento de Agricultura de Estados Unidos en abril 2006, muestran resultados similares. Definitivamente, los transgénicos no son más productivos.

La razón principal, explican los estudios, es que la transgenia altera el metabolismo de las plantas, lo que en algunos casos inhibe la absorción de nutrientes, y en general, demanda mayor energía para expresar características que no son naturales de la planta, restándole capacidad para desarrollarse plenamente.

La explicación de Monsanto frente al estudio de la Universidad de Kansas, fue que “los trangénicos no están diseñados para aumentar la productividad”. (The independent, 20/4/08)

Monsanto, Dupont-Pioneer y Syngenta, son las tres empresas más grandes del mundo en transgénicos, y también en todo tipo de semillas comerciales. Monsanto controla casi el 90% de las semillas transgénicas, y juntas controlan el 39 por ciento del mercado mundial de todas las semillas, y el 44 por ciento de las semillas bajo propiedad intelectual.

¿Por qué entonces estas empresas –que también son dueñas de las semillas híbridas no transgénicas­– insisten en vender sus semillas que producen menos y requieren más agroquímicos? En parte porque son además grandes fabricantes de agroquímicos, pero sobre todo porque todos los transgénicos son patentados y por ello, la contaminación se convierte en un gran negocio.

Las semillas híbridas también se cruzan con variedades nativas. Pero son cruzas de maíz con maíz, a diferencia de los transgénicos, donde la cruza contamina genes de bacterias, virus o cualquier otra especie con la que haya sido manipulado. Pero la diferencia fundamental para las empresas, es que con los transgénicos, la contaminación es un delito imputable a las víctimas.

Cualquier campesino o agricultor que sea contaminado o que use las semillas transgénicas que le compró a Monsanto y las vuelva a plantar (o sea, ejerza el “derecho de los agricultores”) usa su patente sin permiso y está cometiendo un delito por el que puede ser demandado.

Monsanto ya cobró más de 21,500 millones de dólares por juicios contra agricultores en Estados Unidos (Center for Food Safety). Ahora acaba de iniciar un juicio más agresivo, contra toda la cooperativa de agricultores Pilot Grove Cooperative Elevador Inc. de Missouri. Según Monsanto, no le pagan suficientes regalías. El agricultor David Brumback, que se autodefine como “fiel comprador” de los transgénicos de Monsanto hace años, expresa su rabia y afirma que “para Monsanto todos somos culpables”.(CBS 4 Denver, EUA, 10/7/08). Esto les espera a los agricultores del Norte de México, que piden maíz transgénico. Y también a los que no lo quieren y se contaminarán.

Una vez en el campo, la contaminación transgénica es inevitable, es solamente cuestión de tiempo. Las medidas que plantea el vergonzoso “régimen de protección” que esgrimen las secretarías de medio ambiente y de agricultura en México (Semarnat y Sagarpa) no sólo son limitadas e ignorantes. Directamente no tienen sentido, porque nunca se repetirán en condiciones reales en los campos de los agricultores si se aprobara el cultivo comercial.

Los llamados “experimentos” son otra falacia, como la Ley Monsanto (ley de bioseguridad), para legalizarle a las transnacionales la contaminación generalizada y la caza de agricultores, contra los intereses del campo, contra el corazón de los pueblos y a costa del patrimonio genético más importante de México.