miércoles, 30 de julio de 2008

Dióxido de carbono es el mayor problema


El cambio climático va unido a un modelo energético dependiente del petróleo, el carbón y el gas. La quema de estos combustibles fósiles libera grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, el gas de efecto invernadero más abundante. Las concentraciones atmosféricas de CO2 a nivel mundial se han incrementado un 35% por encima de los niveles pre-industriales. De hecho, las concentraciones actuales de CO2 no han sido superadas en los últimos 420.000 años y, probablemente, tampoco en los últimos 20 millones de años.
Alrededor de las tres cuartas partes de las emisiones de CO2 antropogénicas que se han producido en los últimos 20 años en el mundo se deben a la quema de combustibles fósiles. El resto se debe fundamentalmente a los cambios en el uso del suelo y, especialmente, a la deforestación.

Actualmente, los océanos y los suelos están absorbiendo en conjunto aproximadamente la mitad de las emisiones antropogénicas de CO2. A pesar de esto, las concentraciones de CO2 en la atmósfera siguen aumentando en torno a un 0,4 % anual.

España es el país más afectado por el cambio climático de toda Europa y no obstante es el más alejado del mundo de sus objetivos de Kioto, con un aumento del 48% de las emisiones de CO2 con respecto a los niveles de 1990, triplicando las emisiones permitidas por el Protocolo de Kioto para 2008-2012.

Greenpeace advierte de la urgencia de reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero en las próximas décadas para prevenir un cambio climático muy peligroso. A nivel mundial, necesitamos redicir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050, respecto a los niveles de 1990.

Los combustibles fósiles
La principal causa del cambio climático según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático es la quema de combustibles fósiles cuyo mayor contribuyente, en España, es el sector energético.

El 80% de nuestra energía depende todavía de los combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural). La demanda de energía en España actualmente muestra un aumento medio anual de un 3-4%. Se trata de un aumento injustificado, ya que en nuestro país se consume un 50% de energía más que en el resto de Europa para producir un mismo producto.

La unión Europea importa energía, es decir, combustibles fósiles y nucleares porque es incapaz de cubrir sus necesidades por sí misma. Según la Comisión Europea, la Unión Europea podría verse forzada en los próximos 20 o 30 años a importar el 70% de su energía total y hasta el 90% de su petróleo si no se toman nuevas medidas.

El uso de combustibles fósiles incrementa la dependencia de las importaciones de petróleo y destruye el clima. La única manera de evitarlo es gestionar la demanda de energía, aumentar la eficiencia energética y el uso de energías renovables.

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