martes, 27 de mayo de 2008

La gran polémica de los biocombustibles


¿Solución a los problemas energéticos u óbice para el incremento en el precio de las materias primas más básicas? Este mes, Otro Mundo es Posible entra de lleno en la gran polémica generada a nivel mundial alrededor de esta cuestión.

A continuación vamos a tratar de desglosar paso a paso todos los datos que nos ayuden a esclarecer parte de la polémica generada.

El importante y rápido avance tecnológico que se está produciendo actualmente en el desarrollo de las nuevas tecnologías aplicadas a la bioenergía se ha convertido en una espada de doble filo que amenaza con desequilibrar el orden mundial y que ha visto su culmen en el último informe publicado por la ONU ("Energía sostenible: Un Marco para la Toma de Decisiones" – descargar informe completo - ) en el que se alertan de los contras de esta, a priori, limpia y económica manera de producir calor, electricidad y combustibles para el transporte.

Comencemos desgranando las bondades de los biocombustibles:

Que muchos países hayan sido seducidos por la producción de una energía que puede ser creada en sus propios territorios sin necesidad de disponer de materia prima específica, tales como el petróleo, el gas o los combustibles fósiles, y cuyo principal proceso de transformación es la propia fotosíntesis basada en el agua y la luz, no resulta un pensamiento descabellado. Si a esto unimos la generación de puestos de trabajo e infraestructura necesaria y las posibilidades de desarrollo de estas nuevas materias, podemos llegar a pensar que cualquier país debería optar por este tipo de producción en su territorio.
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Una vez generado el biocombustible, se podría dotar de un suministro constante y regular, dentro de las propias fronteras, de un combustible limpio y económico a aquellos lugares dónde se carecía de suministro, lo que también ayudaría al autodesarrollo de las zonas más pobres de cada país, dónde la falta de energía sumía a los pobladores de la región en un ciclo de pobreza y carencias difícilmente esquivable.

La creación de nuevos ingresos y de una infraestructura de empleo estable serviría para revitalizar las zonas rurales de estos países, generalmente los más pobres entro los más pobres del mundo, si tenemos en cuenta que la mayor parte del empleo generado por la industria de los biocombustibles se producen en los sectores de la agricultura, el procesamiento y el transporte.

Es por todas estas razones que muchos países, tales como India, Zambia, Malasia o la propia Argentina, han tomado una serie de medidas favorables a la producción de biocumbustibles. La propia Unión Europea prevee que en 2020 se alcance una cuota del 10% de todos los combustibles de esta manera. Algunas de estas medidas le sonarán al lector habitual de esta sección.

Sin embargo, el informe que la ONU presentó el pasado mes de abril supuso un jarro de agua fría en una industria que ha visto como su producción se doblaba en los últimos cinco años y cuya progresión era similar en los cuatro siguientes.

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